Los grupos de jóvenes autoorganizados y herramientas para la participatión digital
Haciendo hincapié en el liderazgo no jerárquico y en los métodos participativos de toma de decisiones, los grupos de jóvenes (activistas) se conectan a nivel local, internacional y digital para trabajar en colaboración en la búsqueda de soluciones innovadoras y sostenibles a los retos comunes. Este capítulo explora cómo los movimientos activistas autoorganizados y los grupos de jóvenes pueden participar más activamente en la toma de decisiones, especialmente mediante el uso de herramientas digitales de colaboración, y cómo pueden tener un mayor impacto en la agenda política o en las decisiones que se toman en sus comunidades locales o escuelas.
Mientras que los profesores y los padres se quejan a menudo de que los jóvenes utilizan las herramientas digitales principalmente para divertirse, algunos movimientos juveniles las utilizan de forma realmente constructiva y organizan acciones colectivas de gran impacto, exigen decisiones políticas responsables y sensibilizan a la opinión pública. Estas formas de participación juvenil son fundamentalmente diferentes de las prácticas slacktivistas (actividades en línea que requieren muy poco esfuerzo de compromiso, como «gustar», «compartir» o «tuitear»).
Las actividades participativas dentro de instituciones como las escuelas, donde los procesos suelen iniciarlos los adultos, o fuera de ellas, donde los jóvenes autoorganizados actúan por su cuenta, pueden así complementarse y sentar las bases de sistemas políticos más democráticos y centrados en los ciudadanos en el futuro.
Asambleas ciudadanas
Las asambleas ciudadanas (AC) son órganos de ciudadanos que se reúnen para deliberar sobre un tema determinado de gran importancia pública y social con el objetivo de desarrollar soluciones y recomendaciones para los responsables de la toma de decisiones. Están concebidas para empoderar a los ciudadanos, demostrar que son capaces de gobernarse a sí mismos y recuperar el control sobre su propio futuro.
Las AC suelen estar organizadas por la administración pública en colaboración con organizaciones del tercer sector. Los participantes suelen ser seleccionados al azar a partir del censo de sus comunidades para crear un grupo que represente la diversidad de la comunidad en términos de género, edad, etnia, nivel educativo o estatus socioeconómico. En ocasiones pueden participar facilitadores profesionales y diversos expertos, los cuales desempeñan un papel importante: moderan los debates para que todos puedan dar su opinión y apoyan al grupo y sus diversas opiniones para llegar a un acuerdo. Las recomendaciones finales de la AC suelen remitirse a un comité de expertos y representantes de instituciones políticas (por ejemplo, alcaldes o ministros) para su posterior consulta y aplicación.
Algunas Asambleas Ciudadanas tienen un carácter meramente consultivo, mientras que otras tienen carácter vinculante, lo que significa que los responsables políticos y los administradores se comprometen a aplicar las soluciones propuestas. Las AC funcionan mejor cuando los ciudadanos y otros agentes implicados saben que sus recomendaciones tendrán un impacto real.
La Asamblea Ciudadana paso a paso:
- Elegir un tema para la Asamblea (por ejemplo, cómo podemos luchar contra el cambio climático en nuestra ciudad).
- Los responsables de la toma de decisiones (por ejemplo, el ayuntamiento) aportan fondos para la Asamblea y se comprometen a aplicar las recomendaciones formuladas por los panelistas.
- Se crea un equipo organizador que desarrolla un plan concreto.
- Se selecciona al azar un grupo de participantes que represente a toda la comunidad.
- Reuniones de los panelistas, que pueden dividirse en:
- reuniones educativas, durante las cuales los expertos ayudan a los panelistas a profundizar en sus conocimientos sobre el tema;
- deliberación y debate de las recomendaciones;
- votación de las recomendaciones.
- Puesta en común de las decisiones con toda la comunidad.
- Los responsables de la toma de decisiones aplican las recomendaciones de la Asamblea.
Presupuestos participativos
Los presupuestos participativos (PP) son procesos colectivos de toma de decisiones en los que los residentes y miembros de las comunidades deciden juntos cómo gastar una parte del presupuesto público para financiar sus propias ideas y propuestas. Este proceso democrático lo inició en un principio el Partido de los Trabajadores en 1989 en Porto Alegre (Brasil), donde las comunidades locales podían participar en todo el proceso de diseño del presupuesto local, desde la creación de propuestas hasta la configuración final del presupuesto. Este mecanismo sentó las bases para la educación, la capacitación y la participación de la comunidad más allá de las votaciones y tuvo un impacto positivo en el nivel de inclusión de grupos socioeconómicos previamente excluidos. La idea de los PP empezó a extenderse muy rápidamente por todo el mundo a principios del primer decenio del año 2000. En muchos casos actuales, las cantidades destinadas a los proyectos presentados directamente por los ciudadanos rara vez superan el 1 % del gasto de inversión.
Por lo general, el proceso de un PP sigue los siguientes pasos:
- Diseñar el proceso del PP: el equipo responsable de organizar y llevar a cabo el proceso crea un documento en el que se estipulan las normas y reglamentos: quién podrá presentar proyectos, cuáles son los criterios de los proyectos y cómo será la decisión final.
- Comunicar: asegurar una amplia comunicación y promoción del PP permite incluir a grupos que suelen estar infrarrepresentados y excluidos de la toma de decisiones.
- Lluvia de ideas: mediante reuniones presenciales o en línea se anima a los ciudadanos a compartir y debatir sus ideas para proyectos. Los miembros de la comunidad deben recibir información transparente y suficiente.
- Desarrollar propuestas: los delegados de presupuestos desarrollan las ideas hasta convertirlas en propuestas viables. Los participantes deben poder consultar a expertos y tener acceso a los conocimientos especializados pertinentes.
- Promover las propuestas
- Votación: los residentes votan las propuestas que mejor responden a las necesidades de la comunidad.
- Financiación y ejecución de los proyectos ganadores: tras anunciar los resultados, los organizadores del proceso (normalmente la institución / administración pública en colaboración con miembros de la comunidad) ponen en práctica las ideas.
El objetivo de organizar un proceso así es provocar un cambio social de mayor alcance, además de malgastar menos dinero y recursos en inversiones públicas inútiles y fallidas.